Nuestra causa está pronta a hacer un gran progreso. Las últimas incursiones han denotado ser fuertes, y nuestros tres agentes en Hommlet nos mantienen bien informados de todos los progresos. El último no es más que un mensajero que hemos conseguido incluir entre los trabajadores del castillo, pero es quien nos trae las nuevas y responde directamente ante mí.
Vamos a realizar una nueva incursión. Intentaré mandarle esta carta lo antes posible, para que sepa de nuestros progresos. En caso de que todo vaya bien, podrán comenzar a mover las cosas a partir de la próxima estación, y las fuerzas del Templo del Mal Elemental resurgirán bajo sus órdenes.
Le agradezco a usted y a Nuestra Señora la confianza que han depositado en mí. Espero ser digno de ella.
Con todo mi respeto,
Lareth, el Bello".
Un escrito así dejaba pocas dudas. El Templo del Mal Elemental estaba resurgiendo, y había agentes infiltrados en la aldea de Hommlet. De camino de vuelta a la aldea, los héroes compartieron sus sospechas con el padre Terjon y con Jaroo. Tras analizar quién había dicho qué las diversas personas del pueblo llegaron a dos posibles sospechas: Kobort había estado trabajando para los agentes del mal y tenía aliados dentro del pueblo o Rannos Ravl o Gremag habían pasado información.
Dánae propuso investigar lo segundo convirtiéndose en un cebo viviente. Y, aunque no se lo había dicho a nadie, había comenzado a manifestar unos poderes extraños que estaba aprendiendo a controlar. ¿Se trataría de una bendición de los señores oscuros que querían tentarla?
Rannos Davl |
Llegaba el momento de actuar. Expusieron su caso ante el consejo del pueblo, en una reunión secreta del mismo. Pero antes de hacer nada se necesitaban pruebas. Rufus y Burne dijeron que el Vizconde de Verbobonc tendría que saber de esto, y propusieron que sus hombres generarían una distracción para averiguar quién era el agente entre los trabajadores. Mientras estaban ocupados en esto, los aventureros debían reunir las pruebas incriminatorias contra los comerciantes.
A la mañana siguiente, los Tejones de Burne dirigieron una operación secreta, lo suficientemente visible para que generase sospechas entre los trabajadores al salir casi todos a la expedición. Geoffry, Turuko y Resnis entretuvieron a Rannos Davl y a Gremag mientras Dánae registraba sus aposentos. Para acceder, la pícara se transformó en una sombra, cosa que extrañó bastante a su compañero Brend quien fue testigo de tan extraño suceso. Dánae registró la habitación y encontró un cofre, el cual sacó para que viesen los demás. Terminada la distracción todos se reunieron a inspeccionar las pruebas, no existiendo ya ninguna duda: un atuendo como los localizados en La barbacana del foso y un anillo-sello con las letras ZGTMY.
Gremag |
Espada de Rannos Davl |
Además de a Turuko, los agentes del mal elemental se llevaron consigo a cuatro miembros de Los tejones de Burne. Jaila decidió partir: ella estaba hecha para cabalgar y vencer así a sus enemigos, no para entrar en cavernas lúgubres y poco espaciosas, por lo que aprovechó el haberse solucionado este tema para irse hacia el oeste.
Elmo volvió aquella noche. Había reportado al Vizconde y éste deseaba encontrarse en persona con los aventureros para recompensarlos. Por tanto, podían ir a verle ahora escoltando ellos mismos a los prisioneros.
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