viernes, 4 de noviembre de 2011

Prólogo: Hace diez años

  Era el año 569 A.C. Durante varias décadas el mal se había ido fortaleciendo en las cordilleras Lortmill, llegando a formar un ejército de adoradores de fuerzas primigenias, que habían estado asediando las cercanías de la aldea de Hommlet, en el vizcondado de Verbobonc. En cualquier momento podían asaltar a las pobres gentes de esta localidad, y de ahí dar el paso a la conquista de la capital, al archiclerigado de Veluna, y los dioses sabrán a cuántos más.

  Pero como nunca se había visto en la historia, un ejército del bien se levantó para defender a los indefensos, y acabar de una vez por todas con la hora de infestas criaturas, encabezando la cruzada el culto de San Cuthbert, y siguiéndoles los reinos humanos de Veluna y Furyondia, el reino enano de las montañas Lortmill, gmonos de las colinas Kron, e incluso el reino élfico de la raza de los grises de Celene.

  Muchas vidas se perdieron en esta lucha, en la que ha sido la batalla más gloriosa de toda la historia, conocida como La batalla de las Praderas Emridy. Tras esto, presionaron hasta hacer llegar al templo que estas criaturas habían creado, conocido como el Templo del Mal Elemental por el culto corrupto de estas criaturas, a un poderoso demonio, el cual fue atado y aprisionado en su interior.

  Unos héroes, conocidos como Burne y Rufus, dirigieron una expedición contra un último acuartelamiento, ubicado éste entre Hommlet y el templo, llamado la Barbacana del Foso. Allí acabaron con las últimas fuerzas visibles de este mal.

  Y llegó el momento de las duras decisiones. Cerca del templo se había creado una villa, llamada Nulb, nutrida de la mala calaña deseosa de servir al mal. Pero entre ellos también había buena gente, pescadores y campesinos, dispuestos a ganarse la vida honradamente. Al final, decidieron no tomar ninguna represalia contra este pueblo, y los distintos ejércitos fueron a sus tierras, a enterrar a sus muertos confiando en que no volverían a tener problemas.

  Burne y Rufus fueron recompensados por su hazaña permitiéndoles quedar como representantes del Vizconde de Verbobonc en un castillo cuya construcción comenzaría en breve. La canonesa Y'dey y su compañero Terjon también fueron recompensados con una bella iglesia destinada a su dios San Cuthbert, erigida en honor de Serten, clérigo de dicho dios y miembro de la Ciudadela de los Ocho, también conocida como "El círculo de los ocho de Mordenkainen".

  Los años siguientes comenzaron con la desaparición de la canonesa Y'dey, a la par que la prosperidad de Hommlet, que fue creciendo en tamaño gracias a la llegada de diversa gente. Nulb poco a poco comenzó a recuperarse.

 Un año antes del inicio de nuestra historia, comenzaron los rumores de avistamientos de humanoides, sobre todo orcos y osgos, y de asaltos de bandidos en el camino entre Hommlet y Nulb. Por suerte, todo cambió con la llegada de un grupo de aventureros.


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